La vista de Saúl fue restaurada. Predica en Damasco

10 _ Y [Ahora] había un cierto discípulo en Damasco, llamado Ananías. De este discípulo no tenemos más mención en las Sagradas Escrituras excepto en el cap. Hechos 22:12, donde San Pablo lo describe como "un hombre piadoso conforme a la ley, que tenía buena reputación de todos los judíos que habitaban" en Damasco. Si se había hecho cristiano durante la vida de Jesús, o estaba entre los judíos conversos el día de Pentecostés o en algún momento posterior y se vio obligado a huir de Jerusalén por la persecución que siguió a la muerte de Esteban, no lo sabemos. dicho, pero podemos deducir, de las palabras que emplea al expresar su renuencia a visitar a Saúl, que aún tenía mucha y fidedigna comunicación con la Ciudad Santa, porque él sabe tanto de los estragos que el perseguidor ha causado, como de la propósito de su misión a Damasco. Sobre el nombre Ananías véase Hechos 5:1 , nota.

y le dijo el Señor en una visión . Así como Saulo había sido preparado para la visita por una visión, así Ananías es instruido por una visión para ir a él. Comentarios de Dean Howson ( Vida y Epístolas de San Pablo, i. 101) sobre esta preparación y su similitud con la preparación de Pedro y Cornelio merecen ser detalladas. “La preparación simultánea de los corazones de Ananías y de Saulo, y la preparación simultánea de los de Pedro y Cornelio, la duda y vacilación de Pedro y la duda y vacilación de Ananías, el uno dudando si podría hacer amistad con los gentiles, el otro dudando si podría acercarse al enemigo de la Iglesia la obediencia inquebrantable de cada uno cuando la voluntad divina se hizo claramente conocida el estado de ánimo en el que se encontraban tanto el fariseo como el centurión esperando ver qué les diría el Señor esta estrecha analogía no será olvidado por aquellos que lean con reverencia los dos Capítulos consecutivos,

"Cuando se ha gastado tanta crítica para mostrar que Hechos es una obra de ficción escrita en un período tardío para minimizar ciertas diferencias que se suponía que existían entre la enseñanza de San Pablo y la de San Pedro, es bueno saber que otros han visto, en estas indudables analogías, pruebas de la obra de un Dios que es siempre el mismo, y que quiere que todos los hombres sean salvos por medio de Jesucristo.

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