La narración de los sufrimientos del Siervo se lleva a su conclusión en estos versículos: después de soportar la violencia y la injusticia a manos de los hombres, su vida fue acortada y fue puesto en una tumba deshonrada. El pasaje presenta muchas dificultades y los detalles del cuadro son algo inciertos. Por tanto, es dudoso que el Siervo sea representado como muerto por los hombres, o como llevado por la enfermedad con la que Jehová lo había herido.

Quizás con menos razón se ha cuestionado si hay alguna referencia a la crueldad humana en los versos, si las fuertes expresiones "oprimido", "opresión", "juicio" no deben entenderse en sentido figurado del duro destino que persiguió implacablemente a la víctima hasta su muerte (así Duhm). Estos asuntos, sin embargo, son de interés subordinado; el rasgo prominente de la descripción es el comportamiento manso y sumiso del Siervo bajo sus sufrimientos inmerecidos.

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