Duérmete ahora… Levántate, vámonos La repentina transición puede explicarse (1) considerando las primeras palabras como destinadas a una reprensión, o bien (2) en ese mismo momento apareció Judas, y había llegado el momento de la acción. . Las oraciones cortas y rápidas, especialmente las que relata San Marcos, favorecen la segunda sugerencia.

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