La Ley de Moisés. "Los descendientes de Aarón, a quienes la Ley nombraba sumos sacerdotes, eran imperfectos y tenían que ofrecer sacrificios por sus propios pecados". Pero la promesa de Dios con el voto. "¡Cuánto mejor es el Hijo, que es nuestro Sumo Sacerdote! ¡Él no tiene pecado! ¡Él vive para siempre! ¡Él es perfecto!"

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Antiguo Testamento