Jesús respondió. Afirma que ni los pecados de este hombre ni los pecados de sus padres tienen nada que ver con su ceguera. El dolor y la angustia son parte de la maldición puesta sobre este mundo ( Génesis 3:16-19 ; Romanos 8:20-21 ).

La ceguera de este hombre era parte del Decreto por el cual Dios gobierna el Universo. Hombres como Job, Pablo, el mismo Cristo y todos los mártires, nos muestran que el que sufre no es siempre un "pecador". El dolor y la angustia también son parte del Plan de Dios para bendecirnos ( Hechos 14:22 ; 1 Tesalonicenses 3:3 ; Apocalipsis 7:14-17 ). La curación de este hombre ayudaría a mostrar el poder de Dios.

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