Jesús respondió: "Ni éste ni sus padres pecaron, sino para que las obras de Dios se manifestaran claramente en él".

Jesús respondió: 'No fue este hombre ni sus padres los que pecaron. Sucedió para que las obras de Dios se manifestaran en él. ' La respuesta negó cualquier sugerencia de vincular su ceguera con el pecado. Tampoco tenía la intención de significar que Dios deliberadamente hizo ciego al hombre para este propósito. Lo que Jesús realmente estaba diciendo era que, en lugar de ser visto como un castigo por el pecado, la ceguera del hombre era un hecho natural que debería verse como una oportunidad para Dios de aprovechar la posición para revelar Su gloria.

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