Y ahora, capítulo 4, Él declara todo lo que ella está ante Sus ojos, aunque ha estado en el foso de los leones. Desde allí la llama, toda hermosa y sin mancha a sus ojos; Su corazón expresando Su deleite en ella. Es, a mi juicio, una excelente perfección moral de pensamiento que la novia nunca hable de las perfecciones del Esposo para sí mismo como si fuera a aprobarlo; ella habla de Él plenamente como expresivo de sus propios sentimientos y de los demás, pero no de Él. Él habla libre y completamente de ella a sí misma como asegurándole su deleite en ella. Cuando pensamos en Cristo y en nuestra relación con Él, esto es muy apropiado.

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