¿A qué compararé esta generación? Es como niños en la plaza del mercado, llamando a sus compañeros y diciendo: 'Tocamos la flauta y no bailasteis; lloramos y no lamentasteis'. Porque vino Juan que ni comía ni bebía, y dicen: 'El hombre está loco.' Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: 'Mira tú, hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.' Pero la sabiduría se muestra justa por sus obras".

Jesús se entristeció por la pura perversidad de la naturaleza humana. Para él, los hombres parecían niños jugando en la plaza del pueblo. Un grupo le dijo al otro: "Ven y juguemos en las bodas, y los otros dijeron: "No tenemos ganas de estar felices hoy". Entonces el primer grupo dijo: "Está bien; ven y juguemos en los funerales, y los demás dijeron: "No tenemos ganas de estar tristes hoy". Eran lo que los escoceses llaman contrarios. No importa lo que se ofreció, encontraron una falla en ello.

Juan vino, viviendo en el desierto, ayunando y despreciando la comida, aislado de la sociedad de los hombres; y dijeron de él: "El hombre está loco por separarse de la sociedad humana y de los placeres humanos como ese". Jesús vino, mezclándose con todo tipo de personas, compartiendo sus penas y sus alegrías, acompañándolos en sus momentos de alegría; y decían de él: "Es un socialité, es un fiestero, es amigo de extraños con los que ninguna persona decente tendría nada que ver". Llamaron locura al ascetismo de Juan; y llamaron a la sociabilidad de Jesús laxitud de la moral. Podrían encontrar un motivo de crítica de cualquier manera.

El hecho claro es que cuando la gente no quiere escuchar la verdad, fácilmente encontrarán una excusa para no escucharla. Ni siquiera intentan ser consecuentes en sus críticas; criticarán a la misma persona ya la misma institución desde terrenos completamente opuestos. Si las personas están decididas a no responder, permanecerán tercamente indiferentes sin importar la invitación que se les haga. Los hombres y mujeres adultos pueden parecerse mucho a los niños mimados que se niegan a jugar sin importar cuál sea el juego.

Luego viene la frase final de Jesús en esta sección: "La sabiduría se muestra justa por sus obras". El veredicto final no recae en los críticos cascarrabias y perversos, sino en los hechos. Los judíos podrían criticar a Juan por su aislamiento solitario, pero Juan había movido los corazones de los hombres hacia Dios como no lo habían hecho durante siglos; los judíos podían criticar a Jesús por mezclarse demasiado en la vida ordinaria y con la gente común, pero en él la gente estaba encontrando una nueva vida y una nueva bondad y un nuevo poder para vivir como debían y un nuevo acceso a Dios.

Sería bueno que dejáramos de juzgar a las personas ya las iglesias por nuestros propios prejuicios y perversidades; y si empezáramos a dar gracias por cualquier persona y cualquier iglesia que pueda acercar a la gente a Dios, incluso si sus métodos no son los métodos que nos convienen.

El Acento De La Condenación Con El Corazón Roto ( Mateo 11:20-24 )

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