2. Y si tuviera el don de profecía. Él reduce a nada la dignidad de incluso esta investidura, (777) que, sin embargo, había preferido a todos los demás. Para conocer todos los misterios, podría parecer que se agrega al término profecía, a modo de explicación, pero a medida que se agrega el término conocimiento de inmediato, del cual ya había hecho mención por sí mismo, (1 Corintios 12:8,) Merecerá su consideración, si el conocimiento de los misterios no puede usarse aquí para significar sabiduría. En cuanto a mí, aunque no me aventuraría a afirmar que es así, estoy muy inclinado a esa opinión.

Esa fe, de la que habla, es especial, como es evidente por la cláusula que se agrega de inmediato, de modo que elimino montañas. Por lo tanto, los sofistas no logran nada, cuando pervierten este pasaje con el propósito de restarle valor a la excelencia de la fe. Como, por lo tanto, el término fe se usa (πολύσημον) en una variedad de sentidos, es parte del lector prudente observar en qué significado se toma. Pablo, sin embargo, como ya he dicho, es su propio intérprete, al restringir la fe, aquí, a los milagros. Es lo que Crisóstomo llama la "fe de los milagros", y lo que llamamos una "fe especial", porque no aprehende a un Cristo completo, sino simplemente su poder para obrar milagros; y, por lo tanto, a veces puede existir en un hombre sin el Espíritu de santificación, como lo hizo en Judas. (778)

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