14 Y la gracia de nuestro Señor Él nuevamente magnifica la gracia de Dios hacia sí mismo, no solo con el propósito de eliminar su disgusto y testificar su gratitud, sino también para emplearlo como un escudo contra las calumnias de los hombres malvados, cuyo objetivo era derribar su apostolado a un nivel inferior. Cuando dice que abundaba, y que, también, sin medida, la declaración implica que el recuerdo de transacciones pasadas fue borrado, y se tragó tan completamente, que no fue una desventaja para él que Dios hubiera sido amable con los hombres buenos.

Con fe y amor Ambos pueden ser vistos como referentes a Dios, en este sentido, que Dios se mostró verdadero y dio una manifestación de su amor en Cristo, cuando le otorgó su gracia. Pero prefiero una interpretación más simple, que "fe y amor" son indicaciones y pruebas de esa gracia que él había mencionado, que no se puede suponer que se jactaba innecesariamente o sin buenos motivos. Y, de hecho, la "fe" se contrasta con la incredulidad, y el "amor en Cristo" se contrasta con la crueldad que había ejercido hacia los creyentes; como si hubiera dicho que Dios lo había cambiado por completo, que se había convertido en un hombre totalmente diferente y nuevo. Así, a partir de los signos y efectos, celebra en términos elevados la excelencia de esa gracia que debe borrar el recuerdo de su vida anterior.

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