23. Porque el esposo es la cabeza de la esposa. Esta es la razón asignada por la cual las esposas deben ser obedientes. Cristo ha designado que exista la misma relación entre un esposo y una esposa, que entre él y su iglesia. Esta comparación debería producir una impresión más fuerte en sus mentes, que la mera declaración de que tal es el nombramiento de Dios. Aquí se mencionan dos cosas. Dios le ha dado al esposo autoridad sobre la esposa; y una semejanza de esta autoridad se encuentra en Cristo, quien es la cabeza de la iglesia, como el esposo es de la esposa.

Y él es el salvador del cuerpo. Se supone que el pronombre HE (αὐτός) se refiere a Cristo; y, por otros, al esposo. Se aplica más naturalmente, en mi opinión, a Cristo, pero aún con vistas al presente tema. En este punto, así como en otros, la semejanza debería mantenerse. Como Cristo gobierna sobre su iglesia para su salvación, nada le da más ventaja o consuelo a la esposa que estar sujeto a su esposo. Rechazar esa sujeción, por medio de la cual podrían salvarse, es elegir la destrucción.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad