22. Esposas, preséntense. Viene ahora a las diversas condiciones de la vida; porque, además del vínculo universal de sujeción, algunos están más unidos entre sí, de acuerdo con sus respectivos llamamientos. La comunidad en general está dividida, por así decirlo, en tantos yugos, de los cuales surge una obligación mutua. Existe, primero, el yugo del matrimonio entre marido y mujer; - en segundo lugar, el yugo que une a padres e hijos; - y, en tercer lugar, el yugo que conecta a los amos y sirvientes. Según este acuerdo, hay seis clases diferentes, para cada uno de los cuales Paul establece deberes peculiares. Comienza con esposas, a quienes ordena que estén sujetas a sus esposos, de la misma manera que a Cristo, como al Señor. No es que la autoridad sea igual, pero las esposas no pueden obedecer a Cristo sin rendir obediencia a sus esposos.

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