7. Andemos, y descendamos. Hemos dicho que Moisés nos ha representado el caso mediante la figura de la hipotiposis, (330) para que los juicios de Dios puedan ser ilustrados de manera más clara. Por esta razón, introduce ahora a Dios como el hablante, quien declara que la obra que suponían que no podía ser retardada, será destruida sin dificultad alguna. El significado de las palabras es de este tipo: 'No usaré muchos instrumentos, solo soplaré sobre ellos y, a través de la confusión de lenguas, serán dispersados de manera despreciable'. Y así como ellos, habiendo reunido una numerosa banda, estaban ideando cómo podrían alcanzar las nubes; de la misma manera, Dios convoca a sus tropas, por cuya intervención pueda rechazar su furia. Sin embargo, se pregunta a qué tropas se refiere. Los judíos creen que se dirige a los ángeles. Pero dado que no se mencionan los ángeles y Dios pone a aquellos a quienes se dirige en el mismo rango que Él, esta exposición es abrupta y merecidamente rechazada. Este pasaje responde más bien al anterior, que se encuentra en el relato de la creación del hombre, cuando el Señor dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen". Pues Dios se opone apta y sabiamente a su propia eterna sabiduría y poder a esta gran multitud; como si dijera que no necesitaba auxiliares externos, sino que poseía dentro de sí mismo lo suficiente para su destrucción. Por lo tanto, este pasaje no se aduce incorrectamente como prueba de que Tres Personas subsisten en Una Esencia de Deidad. Además, este ejemplo de venganza divina pertenece a todas las épocas: pues los hombres están siempre inflamados por el deseo de atreverse a intentar lo que es ilícito. Y esta historia muestra que Dios siempre será adverso a tales consejos y diseños; de modo que aquí contemplamos, representado ante nuestros ojos, lo que dice Salomón:

"No hay consejo, ni prudencia, ni fuerza contra el Señor" (Proverbios 21:30).

A menos que esté presente la bendición de Dios, de la cual solo podemos esperar un resultado próspero, todo lo que intentemos perecerá inevitablemente. Dado que Dios declara que está en guerra perpetua con la audacia desmedida de los hombres; todo lo que emprendamos sin su aprobación terminará miserablemente, aunque todas las criaturas por encima y por debajo nos ofrezcan su ayuda. Ahora bien, aunque el mundo lleva esta maldición hasta el día de hoy; sin embargo, en medio del castigo y de las pruebas más terribles de la ira divina contra el orgullo de los hombres, la admirable bondad de Dios se hace conspicua, porque las naciones se comunican mutuamente entre sí, aunque en diferentes idiomas; pero especialmente porque ha proclamado un evangelio, en todos los idiomas, a través del mundo entero, y ha dotado a los Apóstoles con el don de lenguas. De ahí que haya sucedido que aquellos que antes estaban miserablemente divididos se han unido en la unidad de la fe. En este sentido, Isaías dice que la lengua de Canaán sería común para todos bajo el reinado de Cristo (Isaías 19:18;) porque, aunque su idioma pueda diferir en sonido, todos hablan lo mismo mientras claman: Abba, Padre."

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