24. Por fe Moisés, cuando llegó a años, etc. El ejemplo de Moisés debería haber sido recordado por los judíos, más que el de cualquier otro ; porque a través de él fueron liberados de la esclavitud, y el pacto de Dios fue renovado con ellos, y la constitución de la Iglesia establecida por la publicación de la Ley. Pero si la fe debe ser considerada como lo principal en Moisés, sería muy extraño e irracional que los alejara a cualquier otra cosa. Por lo tanto, se deduce que todos ellos tienen una pobre competencia en la Ley que no son guiados por ella a la fe.

Veamos ahora cuáles son las cosas por las cuales él encomia la fe de Moisés. La primera excelencia que menciona es que, cuando creció, no tuvo en cuenta la adopción de la hija de Faraón. Se refiere a su edad, ya que si hubiera hecho esto cuando era niño, podría haber sido atribuido a su ligereza o ignorancia; porque como la comprensión y la razón no son fuertes en los niños, se apresuran sin pensar en cualquier curso de la vida; Los jóvenes también son transportados aquí y allá por un ardor irreflexivo. Para que luego sepamos que nada se hizo sin pensar, y sin una larga deliberación, dice el Apóstol, que él era de edad madura, lo que también es evidente en la historia. (228)

Pero se dice que hizo caso omiso de su adopción; porque cuando visitó a sus hermanos, cuando trató de aliviarlos, cuando vengó sus errores, demostró plenamente que prefería regresar a su propia nación, en lugar de permanecer en la corte del rey: era lo mismo que un voluntario rechazo de la misma. Esto el apóstol lo atribuye a la fe; porque hubiera sido mucho mejor para él permanecer en Egipto, si no hubiera sido persuadido de la bendición prometida a la raza de Abraham; y de esta bendición, el único testigo fue la promesa de Dios; porque no podía ver nada de eso con sus ojos. Por lo tanto, parece que vio por fe lo que estaba muy lejos de su vista.

Se dice que se negó, eso es por su conducta. Actuó de tal manera que demostró que rechazó el honor de ser hijo adoptivo de la hija de Faraón. El verbo significa negar, renunciar, repudiar. Renunció al privilegio que se le ofreció. Se dice que otros "niegan el poder" de la piedad, eso es por sus obras. 2 Timoteo 3:5. - Ed.

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