32. De cierto, de cierto te digo que Moisés no te dio pan del cielo. Cristo parece contradecir lo que se cita del salmo, pero habla solo en comparación. El maná מן se llama el pan del cielo, pero es para nutrir el cuerpo; pero el pan que debe considerarse verdadera y propiamente celestial, es el que da alimento espiritual al alma. Por lo tanto, Cristo hace un contraste aquí entre el mundo y el cielo, porque no debemos buscar la vida incorruptible sino en el reino de los cielos. En este pasaje, la verdad no se contrasta con las sombras, como se hace a menudo en otros lugares; pero Cristo considera cuál es la verdadera vida del hombre o, en otras palabras, qué es lo que lo hace diferente de las bestias brutas y excelente entre las criaturas.

Mi Padre te da el verdadero pan del cielo. Cuando agrega estas palabras, el significado es: "El maná que Moisés dio a tus padres no trajo vida celestial, pero ahora la vida celestial se te muestra verdaderamente". Es cierto que es al Padre a quien llama el dador de este pan, pero quiere decir que es dado por su propia mano. Así, el contraste se relaciona, no con Moisés y Dios, sino con Moisés y Cristo. Ahora, Cristo representa a su Padre en lugar de a sí mismo como el Autor de este don, para procurarse una reverencia más profunda; como si hubiera dicho: "Reconóceme que soy el ministro de Dios, por cuyas manos desea alimentarte para la vida eterna". Pero, nuevamente, esto parece ser inconsistente con la doctrina de Pablo, quien llama al maná - alimento espiritual, (1 Corintios 10:3.) Respondo, Cristo habla de acuerdo a la capacidad de aquellos con quienes tiene que trato, y esto no es raro en las Escrituras. Vemos cuán variadamente habla Pablo sobre la circuncisión. Cuando escribe sobre la ordenanza, lo llama el sello de la fe, (Romanos 4:11;) pero cuando tiene que lidiar con falsos apóstoles, lo llama más bien un sello de maldición, y eso al tomarlo con las cualidades que le atribuyeron, y según su opinión. (143) Consideremos cuál fue la objeción hecha contra Cristo, a saber, que él no demostró ser el Mesías, si no suministraba a sus seguidores con comida corporal Por consiguiente, no pregunta qué fue lo que prefirió el maná, pero sostiene que el pan con el que Moisés alimentó sus vientres no era pan verdadero.

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