9. Hazte amigos. Como en las palabras que se consideraron por última vez, Cristo no nos ordenó ofrecer sacrificios a Dios por los frutos de la extorsión, así que ahora no quiere decir que debamos buscar defensores o defensores, que nos arrojarán el escudo de sus proteccion; pero nos enseña que, mediante actos de caridad, obtenemos el favor de Dios, quien ha prometido que a los misericordiosos se mostrará misericordioso (Salmo 18:25). Es muy tonto y absurdo inferir de este pasaje , que las oraciones o la aprobación de los muertos son de utilidad para nosotros: porque, en ese supuesto, todo lo que se otorga a personas indignas sería desechado; pero la depravación de los hombres no impide que el Señor ponga en sus registros todo lo que hemos gastado en los pobres. El Señor no mira a las personas, sino a la obra misma, de modo que nuestra liberalidad, aunque pueda ser ejercida hacia hombres ingratos, nos será de utilidad a la vista de Dios. Pero luego parece intimar que la vida eterna depende de nuestros méritos. Respondo: es suficientemente claro por el contexto que él habla a la manera de los hombres. Quien posee una gran influencia o riqueza, si consigue amigos durante su prosperidad, tiene personas que lo apoyarán cuando lo visite la adversidad. Del mismo modo, nuestra amabilidad con los pobres será un alivio para nosotros; porque cualquier cosa que cualquier hombre haya otorgado generosamente a sus vecinos, el Señor reconoce como si se hubiera hecho a sí mismo.

Cuando fallas Con esta palabra, expresa el tiempo de la muerte y nos recuerda que el tiempo de nuestra administración será corto, para que la expectativa segura de una continuación más larga de la vida nos haga tomar un control más firme. La mayor parte está sumida en el sueño a través de su riqueza; muchos derrochan lo que tienen en superfluidades; mientras que la mezquindad de los demás lo detiene y les priva tanto a ellos como a los demás del beneficio. ¿De dónde viene todo esto, sino porque están desviados por una expectativa infundada de larga vida, y se entregan a todo tipo de indulgencia?

Del mamón de la injusticia. Al dar este nombre a las riquezas, tiene la intención de convertirlos en un objeto de nuestra sospecha, porque en su mayor parte involucran a sus poseedores en la injusticia, aunque en sí mismos no son malvados, pero rara vez sucede que se obtienen sin engaño, o violencia, o algún otro recurso ilegal, o que el disfrute de ellos no está acompañado por orgullo, lujo u otra disposición perversa, Cristo los representa justamente como dignos de nuestra sospecha; al igual que en otra ocasión los llamó espinas, (Mateo 13:7.) Parece que a este efecto, aunque no se expresa, se debe proporcionar un contraste; que las riquezas, que de otro modo, como consecuencia del abuso perverso, contaminaron a sus poseedores, y son casi con toda facilidad seducciones de pecado, deben dirigirse a un objeto contrario, para ser el medio de conseguir el favor para nosotros. Recordemos también lo que he dicho anteriormente, que Dios no exige que se haga un sacrificio del botín adquirido injustamente, como si fuera el compañero de ladrones, y que es más bien una advertencia dada a los creyentes para mantenerse libres de la injusticia.

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