3. ¿Eres tú el que había de venir? John da por sentado lo que los discípulos sabían desde su infancia; porque era la primera lección de religión, y común entre todos los judíos, que Cristo vendría, trayendo salvación y felicidad perfecta. En este punto, en consecuencia, no plantea dudas, sino que solo pregunta si Jesús es ese Redentor prometido; porque, habiendo sido persuadidos de la redención prometida en la Ley y los Profetas, estaban obligados a recibirla cuando se exhibiera en la persona de Cristo. Él agrega: ¿Buscamos otro? Con esta expresión, indirectamente mira a su pereza, lo que les permitió, después de haber sido informados claramente, permanecer tanto tiempo en duda y vacilación. Al mismo tiempo, muestra cuál es la naturaleza y el poder de la fe. Descansando en la verdad de Dios, no mira por todos lados, no varía, pero está satisfecho con Cristo solo, y no se volverá a otro.

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