El Profeta dice primero, que Efraín había provocado a Dios por sus lugares altos Algunos, sin embargo, toman la palabra תמרורים, tamerurim, para amarguras. Entonces es: "Israel o Efraín han provocado la amargura de Dios". Pero dado que esta palabra en otros lugares, como en el trigésimo primero de Jeremías, se toma para lugares altos y como parece claramente que el Profeta aquí declara confesamente a Israel y su adoración cruel, dudo que no, pero que él señala estos lugares altos en el cual los israelitas designaron sus modos de adoración falsos e impíos. Efraín lo provocó con sus lugares altos: (88) Efraín, habiéndose sumergido en sus supersticiones de muchas maneras, provocó a Dios en sus lugares altos.

Entonces su sangre permanecerá sobre él. Como la palabra נתש, nuthesh, significa "derramar", y también significa "permanecer", algunos lo traducen, "Su sangre permanecerá"; otros "se derramarán sobre él". Pero esto hace una pequeña diferencia en cuanto a lo que significa; porque el Profeta pretende mostrar que Efraín tendría que sufrir el castigo de su impiedad; como si dijera: "No escaparán por fin de la mano de Dios, recibirán el salario de sus iniquidades".

Y su reproche su Señor volverá a él. Aquí él llama a Dios mismo el Señor de Israel, aunque Israel había sacudido el yugo y se había alejado del servicio de Dios. No pueden, dice, escapar de la autoridad de Dios, aunque hayan despreciado su ley; aunque se hayan vuelto insensibles en sus supersticiones, sabrán que permanecen bajo la mano y el poder de Dios, sabrán que esto no afecta nada a su petulancia; aunque así vagan tras sus abominaciones, sin embargo, el Señor no perderá su derecho, que había obtenido para sí al redimir a Israel. Entonces su Señor les rendirá su propio reproche, del cual son dignos.

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