Es un. 42:3. “La caña cascada no quebrará, ni apagará el pabilo que humea; traerá el juicio a la verdad”. Lo que se pretende más directamente en este versículo parece ser la perseverancia de la iglesia cristiana y de los santos en particular; la iglesia no se extinguirá, aunque será grandemente oprimida y perseguida, y será como una caña cascada, pero no será quebrantada del todo; una vez encendido el fuego, nunca se apagará; pero aunque al principio sólo humee, después se extinguirá; será como un grano de mostaza que poco a poco se convierte en un gran árbol, o como la pequeña levadura que se escondió en tres medidas de harina hasta que todo quedó leudado, o como la piedra del monte.

Aunque la iglesia a veces está tan oprimida que apenas es visible, apenas podemos ver si hay fuego o no, sino solo el humo; sin embargo, nunca será completamente destruido. Lo mismo puede aplicarse a santos particulares, porque el que ha comenzado en ellos una buena obra, la proseguirá hasta el día de Cristo.

Es un. 42:8

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