ἐμαρτ. (epistol. aor., cf. Filemón 1:19 , cf. más Thuc. i. 1 ξυνέγραψε). λόγ. τ. θ., como דבר יהוה (LXX λόγος τοῦ θεοῦ, p. ej ., Jeremias 1:2 ), un término colectivo para las revelaciones de Dios a los hombres (τοὺς λόγους, 3), o como aquí para alguna revelación específica definida más exactamente en ὅσα εἶ, todos que se vio o incluso se oyó ( Amós 1:1 ) en visiones describiéndose con este término genérico.

La doble expresión la palabra de Dios y el testimonio dado por Jesucristo ( Apocalipsis 22:16 ; Apocalipsis 22:20 ; cf. Apocalipsis 19:10 ) es una frase ampliada para el evangelio.

El tema sobre el cual Jesús asegura a los hombres la verdad es la revelación de la mente y el corazón de Dios, y el evangelio es esa declaración de Dios, esa expresión de Su propósito que Jesús desarrolla y atestigua. El libro mismo es el registro de la evidencia de Juan; da testimonio de Cristo, y Cristo da testimonio del futuro como plan divino. Porque la revelación de Dios, en la forma específica de profecía, requiere un medio adicional entre Jesús y el cristiano ordinario; de ahí el papel de los profetas.

Sobre la comisión profética de escribir, cf. Asc. Es un. i. 4 5 y yo. 2, παρέδωκεν αὐτῷ τοὺς λόγους τῆς προφητείας οὓς αὐτὸς εἶδεν, κ. τ. λ. El sentido primitivo de μαρτ. (= confesión oral y proclamación de Jesús por sus adherentes) se expande así en un sentido literario (como aquí) y en el sentido más sombrío del martirio ( Apocalipsis 2:13 ; Juan 18:37-39 ; Juan 19:19 ; cf. Lightfoot sobre Clem. Rom. v.). Es significativo que el λόγος τ. θ. del judaísmo no era adecuado a la conciencia cristiana sin el μαρτυρία Ἰησοῦ.

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