ἐγένετο οὖν ζήτησις … Surgió, pues, a consecuencia de la proximidad de estos dos bautismos por parte de los discípulos de Juan [ἐκ, cf. Herodes. Juan 3:21 y Dionisio. Hal. viii. pags. 556] un cuestionamiento o discusión con un judío acerca de la purificación, es decir, generalmente, incluyendo la relación de esos dos bautismos entre sí, y con los lavamientos judíos, y el significado de cada uno.

La tendencia de la discusión puede deducirse de la queja al Bautista, Juan 3:26 . Cuando la discusión fue iniciada por los discípulos de Juan, parecería como si hubieran desafiado al judío por buscar el bautismo de Jesús. Porque la queja de ellos es ( Juan 3:26 ) Ῥαββί … πρὸς αὐτόν.

Que Jesús bautizara tan bien como Juan, no lo podían entender. Realmente, la dificultad es que Jesús debería haber permitido que Juan siguiera bautizando, y que Juan no debería haber profesado ser discípulo de Jesús. Pero mientras Juan viera que los hombres eran inducidos por su predicación a aceptar al Mesías, bien podía creer que servía a Cristo mejor así que siguiendo Su séquito.

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