versión 4. Y lo mismo ocurre también con respecto a la declaración adicional que se hace en este versículo acerca de los falsificadores en cuestión: y ellos apartarán sus oídos (lit. su oído) de la verdad, y se volverán a las fábulas. Difícilmente podemos creer, con Ellicott, que esto indique como resultado “un completo alejamiento de toda doctrina de la verdad cristiana”; porque si tal fuera el resultado, necesariamente habría un abandono de la profesión cristiana y pasaría a las filas de la incredulidad.

Pero es más bien una depravación dentro de la iglesia profesante de lo que el apóstol parece estar hablando, que un abandono formal de su comunión, una depravación tal que desanimaría las mentes de los hombres a la sana doctrina; en consecuencia, un alejamiento tal de la verdad que haría que ésta perdiera su carácter propio, y mezclándola con el error y la fábula, le impediría efectuar su objetivo propio sobre el corazón y la conducta.

Incluso las sectas gnósticas, que pronto llegaron a ser tan prominentes en esta línea de cosas, no fueron más allá de lo que se acaba de decir: todavía conservaron muchos elementos cristianos en sus sistemas; pero esto no salvó su doctrina de ser justamente denunciada como una corrupción de la verdad, y considerada en su conjunto como esencialmente anticristiana. En un sentido modificado, lo mismo puede decirse de la falsa adoración y disciplina que ahora lleva el nombre de papado: indudablemente tiene muchos elementos cristianos; pero estos están tan entremezclados con el error, que el sistema como un todo es una penosa desviación de la verdad de Cristo.

Y cuán grande fue el papel que jugó la fábula en el logro de esa partida, cuentos de prodigios mentirosos sobre santos reputados y sus adversarios en este mundo y en el venidero, nadie que esté familiarizado con la historia del tema, e incluso con el estado actual de la fe católica, puede. hay que decirlo La tendencia moderna en los países protestantes, incluso cuando aparta el oído de la verdad, difícilmente puede decirse que tome esta dirección particular; el sustituto no son las fábulas, sino la ciencia falsamente llamada ciencia, no en sus resultados comprobados, sino en sus procesos especulativos y deducciones precipitadas.

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