Cada vez que los malvados creen que por fin han matado a la iglesia y destruido la palabra de Dios, Dios los revitaliza. A Hailey se le recuerda, en este verso, la historia de Belsasar, cuyo jolgorio se convirtió en miedo por el dedo de Dios que escribía en la pared. ( Daniel 5:1-31 )

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Antiguo Testamento