Hechos 15:6-21

Resolviendo conflicto

El asunto fue puesto ante los apóstoles y ancianos para ser considerado. Siguió una gran discusión. Aunque las acciones de Pedro no siempre fueron encomiables, como cuando fingió en Antioquía, es claro que el apóstol sabía la verdad. Insistió en que Dios tenía la intención de que los gentiles recibieran la salvación a través de Jesús y esa era la regla de autoridad para la iglesia. Les recordó que Dios lo había enviado a la casa de Cornelio para predicar el evangelio y fueron aceptados sobre la base de la misma fe obediente demostrada por los judíos en Pentecostés.

Preguntó por qué los cargarían con una ley que ni ellos ni sus padres habían podido cumplir. De hecho, dijo que imponer tal requisito a los gentiles tentaría a Dios. En lugar de merecer la salvación a través del perfecto cumplimiento de la ley, todos serían salvos por la gracia de Dios. El escenario estaba preparado para el dramático informe de Pablo y Bernabé de los milagros que Dios había obrado a través de ellos entre los gentiles ( Hechos 15:6-12 ).

Santiago, el hermano del Señor, luego le pidió al grupo que lo escuchara mientras les recordaba el trabajo de Simón Pedro con Cornelio. Continuó citando Amós 9:11-12 , que vio como una referencia profética a la inclusión de los gentiles en el pueblo de Dios. Entonces, Santiago dijo que juzgaba que no debían poner requisitos legalistas a los gentiles que Dios no les había puesto ( Gálatas 1:7 ; Gálatas 5:10 ).

Enumeró cuatro reglas simples para que las siguieran. No debían comer cosas contaminadas por la adoración de ídolos ni participar en la inmoralidad sexual que a veces se asociaba con la adoración de ídolos. Tampoco debían comer carne de un animal muerto por estrangulamiento o sangre de animales. Estas dos últimas reglas en realidad son anteriores a la ley de Moisés. Primero fueron esencialmente dados a Noé ( Génesis 9:4 ).

Como la ley de Moisés todavía se leía en las sinagogas, esto servía como un buen medio para mantener la comunión ( Hechos 15:13-21 ).