Y cuando El , &c. Para mostrarle las entrañas de Su amor. ¡Cuán querida era para Él la salvación de los judíos, porque a ella había sido enviado por el Padre como Mesías y Salvador! Lloró, pues, entre todos los gozos de su triunfo, y entre las alegres declamaciones de los que le felicitaban y gritaban hosanna, para que moderase su gozo con una mezcla como de hiel. Lloró también por la ceguera, obstinación e ingratitud del pueblo de Jerusalén, porque no lo recibieron como su Mesías y Salvador, como por la venganza de Dios hacia ellos y la destrucción de su nación por parte de Tito; y porque vio Sus propios trabajos y sufrimientos por ellos frustrados y sin efecto.

Estas tres causas arrancaron lágrimas a Cristo, por la vehemencia de su dolor. Así S. Cirilo, Beda, Teofilacto y otros. En tropo , Orígenes dice: "Cristo cumplió todas las bienaventuranzas en Su propia Persona. Dijo: 'Bienaventurados los que lloran', y por eso lloró".

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