A quien te he enviado - Las iglesias donde Pablo había predicado sentirían un gran interés en su bienestar. Estaba prisionero en Roma, y ​​era dudoso cuál sería el resultado. En esta situación, consideró apropiado enviar un mensajero especial para dar información sobre su condición; para decir lo que estaba haciendo en Roma; pedir las oraciones de las iglesias; y administrarles consuelo en sus diversas pruebas. El mismo sentimiento con respecto a la embajada de Tíquico, se expresa en la Epístola a los Colosenses, Colosenses 4:7. No se encontraría una pequeña parte del consuelo que les impartiría en estas cartas invaluables que les dio el apóstol.

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