Pero que cada hombre pruebe - Es decir, intente o examine de manera adecuada. Permítale formar una estimación adecuada de lo que se debe a sí mismo, de acuerdo con su carácter real. Que se compare a sí mismo con la palabra de Dios y la regla infalible que ha dado, y por la cual seremos juzgados en el último gran día; compare la nota Romanos 12:3; 1 Corintios 11:28 nota; 2 Corintios 13:5 nota.

Su propio trabajo - Lo que hace. Permítale formar una estimación justa e imparcial de su propio carácter.

Y entonces él se regocijará - Es decir, será recompensado adecuadamente y no se encontrará con ninguna decepción. El hombre que forma una estimación inadecuada de su propio personaje seguramente se sentirá decepcionado. El hombre que se examina a sí mismo, y que no forma una expectativa extravagante con respecto a lo que se debe a sí mismo, será recompensado adecuadamente y será feliz. Si, mediante un examen cuidadoso de sí mismo, encuentra que su vida es virtuosa y su conducta pura. Si no ha hecho mal a los demás, y si encuentra evidencia de que es un hijo de Dios, entonces tendrá motivos para regocijarse.

Solo en sí mismo - Comparar Proverbios 14:14; "Un buen hombre estará satisfecho de sí mismo". El sentimiento es que encontrará en sí mismo una fuente de pura alegría. No dependerá de los aplausos de otros para la felicidad. En una conciencia aprobatoria; en la evidencia del favor de Dios; En un esfuerzo honesto por llevar una vida pura y santa, tendrá felicidad. La fuente de sus alegrías estará dentro; y él no será dependiente, como el hombre de la ambición, y el hombre que piensa en sí mismo más de lo que debería, dependerá de los favores de una multitud caprichosa y del aliento de los aplausos populares.

Y no en otro - No dependerá de otros para la felicidad. Aquí está el verdadero secreto de la felicidad. Consiste:

(1) Al no formar una estimación inadecuada de nosotros mismos; en saber exactamente lo que somos y lo que se nos debe; en no pensar que somos algo, cuando no somos nada.

(2) Al llevar una vida tal que pueda ser examinada hasta el núcleo, para que podamos saber exactamente lo que somos sin estar angustiados o dolidos. Es decir, en tener una buena conciencia y en el cumplimiento honesto y fiel de nuestro deber hacia Dios y el hombre.

(3) Al no depender de los inconstantes aplausos del mundo para nuestra comodidad. El hombre que no tiene recursos internos y que no tiene conciencia de aprobación; quien es feliz solo cuando otros sonríen, y miserable cuando fruncen el ceño, es un hombre que no puede tener seguridad para disfrutar. El hombre que tiene una buena conciencia y que goza del favor de Dios y de la esperanza del cielo, lleva consigo la fuente de la alegría perpetua. No puede ser privado de ello. Su bolso puede ser tomado y su casa robada, pero el bandolero no puede robarle sus comodidades. Lleva consigo una fuente inagotable de felicidad cuando está en el extranjero, y la misma fuente de felicidad permanece con él en casa; él lo lleva a la sociedad, y permanece con él en soledad; es su compañero cuando está sano, y cuando está rodeado de sus amigos, y no es menos su compañero cuando sus amigos lo dejan, y cuando yace sobre un lecho de muerte.

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