Ahora, donde la remisión de estos es - Remisión o perdón de pecados; es decir, de los pecados mencionados en el verso anterior.

No hay más ofrenda por el pecado - Si esos pecados se borran por completo, no hay más necesidad de sacrificio para expiarlos, más de lo que es necesario pagar nuevamente una deuda que alguna vez se pagó. La idea de Pablo es que en la dispensación judía se repetían constantemente los recuerdos de los pecados por los sacrificios que se ofrecían, pero que en referencia a la dispensación bajo el Mesías, el pecado sería completamente cancelado. Habría un gran sacrificio suficiente y suficiente, y cuando hubiera fe en esa ofrenda, el pecado sería absolutamente perdonado. Si ese fuera el caso, no habría ocasión para más sacrificios por ello, y la oferta no necesita repetirse. Esta circunstancia, en la cual el apóstol insiste tanto, hizo una diferencia muy importante entre el nuevo pacto y el antiguo. En el primero, se ofrecían sacrificios todos los días; en el otro, el sacrificio una vez realizado fue final y completo; en un caso, no había tal perdón sino que el ofensor recordaba constantemente sus pecados por la necesidad de repetir el sacrificio; en el otro, el perdón fue tan completo que se eliminó todo temor a la ira, y el pecador podría admirar a Dios con tanta calma y alegría como si nunca hubiera sido culpable de transgresión.

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