Para que podamos decir con valentía - Sin ninguna duda o duda, en todo momento de perplejidad y amenaza amenazante; En todo momento, cuando apenas sabemos de dónde vendrán los suministros para nuestras necesidades, podemos confiar en Dios y estar seguros de que no nos dejará sufrir. En los hechos que ocurren bajo los tratos providenciales, hay una base para la confianza en este tema que no siempre es ejercida incluso por las buenas personas. Queda aún por demostrar que aquellos que ejercen una confianza simple en Dios para el suministro de sus necesidades son siempre abandonados; compare Salmo 37:25.

El Señor es mi ayudante - Sustancialmente este sentimiento se encuentra en Salmo 27:1 y Salmo 118:6. El apóstol no lo aduce como una cita, sino como un lenguaje que un verdadero cristiano puede emplear. El sentimiento es hermoso y lleno de consuelo. ¿Qué podemos temer si tenemos la seguridad de que el Señor está de nuestro lado y que nos ayudará? El hombre no puede hacernos más de lo que permite, y por supuesto no más de lo que será por nuestro propio bien; y bajo cualquier prueba en la que podamos ser colocados, no debemos tener aprensiones dolorosas, porque Dios será nuestro protector y nuestro amigo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad