Sin milagro - No confirmó su misión obrando milagros, pero demostró que era un profeta al predecir el carácter y el éxito de Jesús. Tanto el milagro como la profecía son pruebas concluyentes de una misión divina, ya que ningún hombre puede predecir un evento futuro o realizar un milagro, excepto por la ayuda especial de Dios. Cabe señalar que las personas de ese lugar fueron preparadas adecuadamente por el ministerio de Juan para la predicación de Jesús. La persecución de los judíos fue la ocasión de su ir allí, y así la ira del hombre fue hecha para alabarlo. Ha sucedido comúnmente que la oposición de los malvados ha resultado en un mayor éxito de la causa que han perseguido. Dios toma al sabio en su propia astucia, y le da gloria a sí mismo y salvación a los pecadores por el orgullo, las pasiones y la ira de los hombres malvados.

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