Pero Dios es el juez - Todo depende de él, no de las ventajas naturales de un país; no en fuerza humana, habilidad humana o destreza humana. Cualesquiera que sean los recursos naturales de un país; cualquiera que sea la empresa, los números o el valor de sus habitantes; cualesquiera que sean las alianzas de paz o guerra que puedan formar con otras naciones, sin embargo, el éxito depende de Dios. Él preside sobre todos; él puede dar el éxito cuando menos se lo espera; y también puede humillar a las personas cuando han hecho los preparativos más amplios para el éxito, y anticiparlo de la manera más segura.

Baja uno y establece otro - Literalmente, "Este humilla, y este lo exalta". Esto es cierto tanto para un individuo como para una nación. La palabra traducida "setteth up" es la misma que se usa en Salmo 75:4, representada "Lift up" y "ascenso". La idea es que en el asunto de "levantar" o "promoción", todo depende de Dios. Es un soberano y confiere exaltación, ya sea de un individuo o de una nación, según le plazca.

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