Pero ahora se regocijan en sus alardes - Eso es, probablemente, en sus alardes de lo que pueden hacer; su confianza en su propia habilidad y sagacidad. Usted forma sus planes para el futuro como con una sabiduría consumada y confía en el éxito. No anticipa un fracaso; no ves cómo pueden fallar los planes formados con tanta habilidad. Los formas como si estuvieras seguro de que vivirías; como si estuviera a salvo de las innumerables bajas que pueden vencer sus planes.

Toda dicha alegría es malvada - Se basa en una visión equivocada de ustedes mismos y de lo que puede ocurrir. Muestra un espíritu que olvida nuestra dependencia de Dios; olvidadizo de la incertidumbre de la vida; olvidando las muchas formas en que los planes mejor trazados pueden ser derrotados. Nunca debemos jactarnos de ninguna sabiduría o habilidad con respecto al futuro. Un día, una hora puede vencer nuestros planes mejor concertados y mostrarnos que no tenemos el más mínimo poder para controlar los próximos eventos.

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