sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, también a nosotros nos resucitará con Jesús, y nos presentará con vosotros. [La conservación diaria de su cuerpo débil era para el apóstol una señal, por así decirlo, de la resurrección final, y la esperanza de esta resurrección, en compañía y comunión con los corintios, como fruto de sus labores, lo animaba a hablar salir y proclamar el evangelio a pesar de todas las formas de persecución.]

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Antiguo Testamento