Porque todo es por causa de vosotros, para que la gracia, siendo multiplicada por muchos, haga abundar la acción de gracias para gloria de Dios. [Todo el ministerio del evangelio es por el bien del creyente, porque el creyente es el receptor de la gracia de Dios, y el que da gracias a Dios. Dios es glorificado en él tanto por la gracia que le concede como por la acción de gracias que recibe de él. Se sigue, pues, que cuantos más creyentes hay, más gracia se concede y más acción de gracias se recibe, y por tanto más se glorifica a Dios.]

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