15. Por todas las cosas son por tu bien. Ahora se asocia con los corintios, no solo con la esperanza de bendiciones futuras, sino también en estas mismas aflicciones, en que pueden parecer muy diferentes de él, porque les hace saber que, si está afligido, es para su beneficio. Por lo tanto, se deduce que había una buena razón por la cual deberían transferir parte de ellos a sí mismos. Lo que dice Pablo depende, en primer lugar, de esa comunión secreta, que los miembros de Cristo tienen entre sí, pero principalmente de esa conexión y relación mutua, que requirió especialmente que se manifestara entre ellos. Ahora, esta advertencia estaba llena de gran utilidad para los corintios, y traía consigo un consuelo de elección. ¡Para qué consuelo hay en esto: que si bien Dios, ahorrando nuestra debilidad, trata con nosotros más gentilmente, aquellos que están dotados de una excelencia más distinguida, se ven afectados por la ventaja común de todos! También se les advirtió que, como no podían ayudar a Paul de otra manera, al menos deberían ayudarlo con sus oraciones y simpatía.

Que la gracia que ha abundado. Ese acuerdo (489) entre los miembros de Cristo ahora elogia por el fruto que brota de él: su tendencia a avanzar en la gloria de Dios. Por metonimia, de acuerdo con su manera habitual, se refiere, por el término gracia, a esa bendición de liberación, de la que ya había hecho mención anteriormente:

mientras estaba abrumado, sin embargo, no estaba ansioso: mientras estaba oprimido por la pobreza, no lo dejaban en la miseria, etc., ( 2 Corintios 4:8,)

y en fin, que tenía una liberación que continuamente le proporcionaba todo tipo de maldad (490) Esta gracia, dice, se desborda. Con esto quiere decir que no se limitó a sí mismo personalmente, de modo que solo él lo disfruta, sino que se extiende más allá, es decir, a los corintios, para quienes era de gran ventaja. Cuando hace que el desbordamiento del regalo de Dios consista en la gratitud, atendiendo a la gloria de su Autor, nos exhorta, que cada bendición que Dios nos confiere perece por nuestro descuido, si no somos rápidos y activos en dar gracias.

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