Pero si os mordéis y os devoráis unos a otros, mirad que no os consumáis unos a otros. [No pienses que porque eres libre eres libre para hacer el mal. En contraste con el espíritu de libertad que en verdad tenéis, os aconsejo que os hagáis siervos unos de otros, no porque la ley os mande, sino porque el amor os constriñe. Porque ciertamente estáis bajo la ley del amor, y toda esa ley se resume en una frase, que es esta: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

“Pero si, en vez de tener el espíritu de amor, que se hace hombre, estáis animados del espíritu de las fieras, que en su rencor apresurado se muerden unas a otras, y en su malicia constante e inveterada, roen y devoran unos a otros, tengan cuidado de que su conducta no resulte en que se consuman unos a otros.]

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