Pero si os mordéis y os devoráis unos a otros. Tengan cuidado si se atacan unos a otros con calumnias, no sea que se consuman mutuamente. Dos hombres que se calumnian y se persiguen con envidia son como dos perros que pelean y se muerden. Se consumen unos a otros, es más, se devoran a sí mismos. Bien dijo el poeta: " Que la envidia nada es más justo, pues enseguida muerde y tortura a su autor " .

Y por tanto: " Que la envidia ni aun los tiranos sicilianos han encontrado mayor tormento ". Ver mis notas sobre Filipenses 1:18 , donde enumero las propiedades de la envidia. Sabia y piadosamente dijo S. Agustín ( Sent . 179): " A un hombre religioso debe ser poco no excitar enemistades, o excitarlas sólo con palabras torpes; debe esforzarse por extinguirlos mediante un discurso oportuno ”.

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