17. El verdadero motivo que los controlaba, y bajo la influencia del cual se mantenían en el semblante mutuo, era un deseo invencible de mantener su antigua influencia entre la gente. Esto se manifiesta en la conclusión a la que llegaron. (17) " Pero, para que no se difunda más entre la gente, amenazémoslos estrictamente con que, de ahora en adelante, no hablen a nadie en este nombre". El hombre que hizo esta proposición sin duda pensó que tenía más resolvió satisfactoriamente un problema difícil, y la mayoría estaba demasiado complacida de encontrar algún medio de escapar de su difícil situación actual, como para mirar con mucha astucia el éxito probable de la medida propuesta. Era un curso seguro, aunque no muy audaz, y como no había ningún obstáculo en el camino excepto la conciencia,

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