"Aquí está la sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia; porque es número de hombre (o número de hombre); y su número es seiscientos sesenta y seis," Este número 666 es llamado el "número de la bestia", y también "número de hombre". Es bastante plausible que como la bestia es el imperio romano, el hombre que está así coordinado con la bestia es el hombre que está a la cabeza del imperio como gobernante o emperador. Ese sería el motivo más probable de identificación. El emperador representa el imperio y su número es 666.

Ahora bien, es un hecho bien conocido que tanto en griego como en hebreo las letras del alfabeto representan ciertos números o tienen ciertos valores numéricos. En hebreo la primera letra, Aleph, es una; la segunda, Beth, son dos; y el décimo es diez. Pero el undécimo son veinte, el diecinueve son cien, y el vigésimo son doscientos, etc. Ver "A Grammar of the Hebrew Language" por William Henry Green, página 3.

Así, el nombre de un hombre en hebreo daría como resultado un cierto número al sumar los valores de las letras que componen el nombre. Ahora bien, es muy significativo que si tomamos el nombre de Nerón en hebreo, en la forma en que se encuentra a menudo en los escritos hebreos, Nerón César, y sumamos el valor de las letras, obtenemos 666.

Esta es una prueba tan razonable como podríamos esperar de que la bestia que subió del mar era el imperio romano; y que el monarca reinante era Nerón; y que Nerón era el emperador cuando se escribió este libro. Este es uno de los grandes hitos del libro, provisto por el libro mismo para decirnos cuándo fue escrito el libro; y lo que es mucho más importante, decirnos sobre qué se escribió el libro.

Si prestamos alguna atención a la lectura de esta sección, capítulos 12-19, veremos que pertenece a los tiempos del imperio romano, y no a algún período futuro que aún no ha amanecido. Esto no lo hace menos valioso para nosotros; bastante más; porque tenemos la luz del gobierno pasado de Dios y la providencia para guiarnos donde necesitamos guía, para advertirnos donde necesitamos advertencia y para alentarnos cuando necesitamos aliento.

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