Son uno

(εν εισιν). El singular neutro nuevamente (εν, no εις) como con el interrogativo τ y el indefinido τ. Mediante esta audaz metáfora que Pablo amplía, muestra cómo el sembrador y el que riega trabajan juntos. Si nadie plantara, el riego sería inútil. Si nadie regara, la plantación quedaría en nada, como testifica la terrible sequía de 1930 mientras se escriben estas palabras. Según su propio trabajo

(κατα τον ιδιον κοπον). Dios dará a cada uno la recompensa que merece su trabajo. Esa es la paga que el predicador seguramente recibirá. Él puede obtener muy poco o demasiado de los hombres. Pero la debida recompensa de Dios es segura y será adecuada por desagradecidos que sean los hombres.

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Antiguo Testamento