Tenéis vuestro fruto para la santificación

(εχετε τον καρπον υμων εις αγιασμον). La libertad del pecado y la esclavitud a Dios dan frutos permanentes que conducen a la santificación. Y al final la vida eterna

(το δε τελος ζωην αιωνιον). Nótese el caso acusativo ζωην αιωνιον, objeto de εχετε (vosotros tenéis), aunque θανατος, por el contrario, es nominativo.

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