El Apóstol vuelve a una dificultad muy similar a la que se presentó al comienzo del capítulo. La respuesta se expresa bajo una metáfora ligeramente diferente. Ya no es muerte para uno, vida para otro, sino libertad para uno, servicio para el otro. Estos son términos correlativos. La libertad del pecado implica servicio a Dios, así como la libertad de Dios significa servicio al pecado. La misma idea de servicio y libertad se encontrará elaborada en Juan 8:32 ; Juan 8:36 y en Gálatas 5:1 .

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