Como no hay más que un mediador entre Dios y los hombres, y como se ha dado a sí mismo en rescate por todos, quiere que todos oigan de él, crean en él y se salven, y ha hecho nuestro deber usar todos los medios en nuestro poder para lograr esto, es evidente que ha hecho provisión para su salvación y desea su salvación; y que si alguno a quien se da a conocer a Cristo no se salva, es por su propia culpa.

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