Un dulce olor de Cristo ; lo que ha dicho del conocimiento de Cristo, ahora lo aplica a los que predican a Cristo. Para Dios son un olor grato del conocimiento de Cristo; porque tanto el mensaje mismo, como los que por amor a Cristo y a sus semejantes lo publican, son preciosísimos a los ojos de Dios, ya sea que los hombres reciban a Cristo o lo rechacen.

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Antiguo Testamento