Después de una clase piadosa ; con esa clase de asistencia que se hace discípulos de Cristo hacia sus ministros que van a predicar el evangelio y suplir a los desvalidos. Es deber de los ministros por amor a Cristo no sólo predicar el evangelio en casa, sino ir a los paganos y predicarlo, donde Cristo nunca ha sido conocido; y cuando hacen esto, no se puede esperar que los paganos, al principio, los apoyen. No es sabio preguntarlo; y en tales casos es un deber, y debe considerarse un privilegio, que los cristianos en casa los apoyen.

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Antiguo Testamento