Los cristianos se alegran de exponer hechos y proclamar la verdad ante aquellos que son capaces de juzgar. Son amigos de la libre discusión, sabiendo que de ella la verdad nada tiene que temer. Aunque la falsedad puede ser engañosa, y cuando se presenta con los adornos de la oratoria, puede prevalecer por un tiempo, la verdad expresada en su simplicidad nativa y brillando con su propio brillo, finalmente triunfará.

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Antiguo Testamento