Son ] es decir, constituyen un cuerpo. También lo es Cristo ]. Aquí se considera a Cristo como la personalidad cuyo cuerpo es la Iglesia. Está tan estrechamente relacionado con la Iglesia que casi se identifica con ella. Él infunde Su Espíritu en él y Su Presencia lo compenetra. Todo cristiano es miembro del cuerpo de Cristo: cabeza, mano, pie, ojo, oído o algún otro miembro igualmente esencial.

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