Porque de esta manera , a saber, con santidad interior y claridad exterior; en los tiempos antiguos En las edades patriarcales; las santas mujeres que confiaron en Dios Y por eso no obraron así por servil miedo, sino por verdadera piedad, y por tanto dignas de ser imitadas; se adornaron Su adorno, según San Pedro aquí, era, 1º, Su mansa sujeción a sus maridos; 2d, Su espíritu tranquilo, no asustado ni asombrado; y, 3d, su conducta irreprochable, haciendo todo bien. Así como Sara obedeció a Abraham Ver Génesis 12:5 ; Génesis 18:6 ; llamándolo señorEn muestra de su sujeción; porque los antiguos, al dar títulos de respeto a sus superiores, reconocían su propia inferioridad. Por lo tanto, al mencionar la reverencia con la que Sara habló de Abraham, el apóstol da a entender que ella tenía el mayor respeto por él y un sentido justo de su propia sujeción a él.

Las mujeres judías consideraban a Sarah como un modelo ilustre de esposa obediente; cuyas hijas o hijos, tanto en un sentido espiritual como natural; sois O os mostraros ser, y que tenéis derecho a la misma herencia; siempre y cuando lo hagas bien Cumplir con conciencia todos sus deberes conyugales. Siendo Sara constituida por Dios la madre de todos los creyentes, ( Gálatas 4:26 ,) así como Abraham fue hecho su padre, las mujeres creyentes del Ponto, al imitar las virtudes de Sara, se convirtieron en sus hijos, aunque no descendieron de ella. Y no te asustes con ningún asombroTan aterrorizado por la aprehensión de cualquier peligro o prejuicio que pueda surgirle a causa de su piedad, que se sienta desanimado de su deber, o inducido, por temor a desagradar a sus maridos, a realizar acciones contrarias a su religión. Porque, aunque el apóstol ordenó a las esposas que estuvieran en sujeción a sus maridos, les advirtió que no cometieran pecado, especialmente el pecado de la idolatría, ya sea por el deseo de agradar a sus maridos o por temor a ofenderlos.

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