Venid, vayamos al vidente llamado así, porque discernió y pudo descubrir cosas secretas y desconocidas para los demás. Y estas son las palabras, ya sea de algún escritor sagrado posterior, quien, después de la muerte de Samuel, insertó este versículo, o de Samuel, quien, probablemente teniendo cincuenta o sesenta años en el momento de escribir este libro, y hablando del estado de cosas en sus primeros días, bien podría llamarlo antes de tiempo.

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