Caín habló con Abel, su hermano, ya sea ​​de manera familiar o amistosa, como solía hacer, con el fin de que se sintiera seguro y descuidado, o por medio de protestas y contiendas. El parafrasto caldeo agrega que Caín, cuando estaban en el discurso, sostuvo que no había juicio por venir, y que cuando Abel habló en defensa de la verdad, Caín aprovechó esa ocasión para caer sobre él. La Escritura nos dice la razón por la que lo mató, "porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas"; de modo que aquí se mostró a sí mismo como un "hijo del diablo", como "enemigo de toda justicia". Observe, el primero que muere, es un santo; el primero que fue a la tumba, fue al cielo. Dios se aseguraría las primicias, el primogénito de los muertos, que primero abrió el útero a otro mundo.

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